.....




Negación, así le llama la etapa que atravieso, lo miré en internet y en libros sobre duelo, no se sabe exactamente cuanto tiempo dura, depende de cada uno.



Ojalá que siga así toda la vida, porque las pocas veces que experimenté la realidad, el dolor era tan intenso que sentía que el corazón se detenía, mis ganas y entusiasmo por la vida se quedaban truncos y en mí solo había espacio para el sufrimiento y la angustia.



Solo el llanto de mi pequeño logra sacarme de las tinieblas que implica transitar semejante desconsuelo.Parezco la mujer de hielo, sonrio, hablo con las personas, camino, sigo con mi vida, pero no hay hora del día que no piense en él. Cualquier detalle o sonido o el simple silencio hace que me invada su recuerdo y lo inunde todo.



Sacudo mi cabeza, me acuerdo de su cuerpo sin vida para verificar que realmente ya no existe, luego inmediatamente mi mente me salva llevándome al pasado, algún recuerdo aflora, a veces es una suma de momentos vividos, o el sonido de su voz, mi pensamiento rememora la última charla y mi cerebro no puede procesar la información de su pérdida, mi voz parece un disco rayado diciendo una y otra vez NO LO CREO, NO LO PUEDO CREER, NECESITO NO CREERLO.



Pienso en sus ganas, en su vida, en sus sueños, en su dedicación para conmigo, en sus palabras, sus enseñanzas, lo recuerdo caminando, cantando, riendo, cocinando, planchando, haciendo chistes, enérgico, son tantos y tantos los instantes que pasan por mi cabeza que a veces se atoran y me quedo colgada de alguno.




Me pregunto donde van los sueños cuando uno deja este mundo? donde va esa energía que uno emanaba?? muchos me dicen que vivirá siempre que lo recuerde, pero no me basta, no me conforma, pasan los días y no tengo conexión alguna con él. A veces lo siento merodear cerca mio, le temo y cierro los ojos y a la vez lo necesito.



Mi cabeza está confundida, mi desazón no tiene consuelo.Se aproxima mi cumpleaños, pero antes el cumplirá dos meses de fallecido o para que suene mejor, dos meses de haber pasado a mejor vida (así le hubiera gustado que dijese) y la vida continúa, el mundo sigue girando, ya es primavera en este lado y otoño alla abajo.



Mejor que esté en esta etapa, mejor que no caiga nunca, mejor que siga merodeándome a pesar de mi temor, mejor que termine de escribir porque voy caminando sobrecristales y si me desconcentro puedo pisar alguno, y provocar una herida que nunca dejará de sangrar.