Recuerdo el estribillo de una vieja canción que solía cantar de pequeña ¨felicidad no tienes dueño...¨
En ese momento sentía que ese sentimiento me acompañaba de manera continua, experimentaba esa emoción a diario, claro, que a veces el infortunio visitaba mi morada, pero nunca se quedaba, solía emprender rápidamente la retirada y la alegría volvía para inundarlo todo.
Hoy, con mas años, con más cosas en mi haber y más penas en mi corazón, siento que la bonanza es circunstancial, y accidental, que son las pequeñas y grandes cosas que uno vive las que en su conjunto forman la tan buscada felicidad. No siempre se está en la cúspide de la ola, ni siempre se está por debajo de ella.
Actualmente escarmiento un período nuboso, donde nunca antes había percibido grises, hoy los hay por doquier, mi júbilo se exalta con pequeñeses, pero mi corazón retoma en seguida su tono neutro,ni bien, ni mal, sólo está, sólo existe.
Cada vez sueño menos, y los sentimientos que me invaden son oscuros.
Ya no creo en tantas cosas que antes añoraba, ya no deseo tantas otras que jamás sucederán, me considero una persona que vive exclusivamente el presente, sin pasado que me lastime, sin recuerdos que me agobien, sin futuro sin salida, sin proyectos inconclusos.
Soy, estoy, ahora, hoy.
significados
Sin vos me siento vacía, inútil, tonta e insegura,
no soy nada, ni nadie, me falta el aire,
siempre es de noche y nada tiene color.
Me descubro cantando tus canciones aún cuando voy sola,
sentir tu frágil voz pronunciando mi sobrenombre (mamá) para mi es la gloria,
me emocionan tus avances, tus pequeños logros, tus risas, tus pasos, tus pies, tu mano tomando la mía, tus besos al despertar, tu dedo que todo lo señala, tus ojitos tiernos, tu sonrisa eterna, llevarte en brazos o darte mi pecho (que ahora es tuyo) me hace sentir grande, inmensa, fuerte, feliz, viva.
Me has enseñado lo que significa el amor infinito, el desinterés, la entrega total.
Al mirarte me percato del porqué de mi existencia, con tu nacimiento mi vocación se ha revelado.
no soy nada, ni nadie, me falta el aire,
siempre es de noche y nada tiene color.
Me descubro cantando tus canciones aún cuando voy sola,
sentir tu frágil voz pronunciando mi sobrenombre (mamá) para mi es la gloria,
me emocionan tus avances, tus pequeños logros, tus risas, tus pasos, tus pies, tu mano tomando la mía, tus besos al despertar, tu dedo que todo lo señala, tus ojitos tiernos, tu sonrisa eterna, llevarte en brazos o darte mi pecho (que ahora es tuyo) me hace sentir grande, inmensa, fuerte, feliz, viva.
Me has enseñado lo que significa el amor infinito, el desinterés, la entrega total.
Al mirarte me percato del porqué de mi existencia, con tu nacimiento mi vocación se ha revelado.
Los hombres y el tiempo
Porque será que las mujeres y los hombres vivimos en tiempos diferentes??
Desde pequeños, las niñas vamos un poco mas aceleradas, nos desarrollamos primero, dejamos las barbies y comenzamos a mirar a los chicos de nuestra edad (que aún siguen pensando en futbol y demás cosas que nada tienen que ver con el amor).
Transcurren los años y seguimos como en diferentes sintonías o mejor dicho en espacios temporales diferentes.
Einstein decía que todo es relativo, y sinceramente el tiempo es una de esas cosas donde uno puede palpar la relatividad. No es lo mismo una hora en la mañana que una hora en la tarde. Porque da la sensación que la mañana se pasa mas rápido que la tarde?
Yo estoy segura que a todos nos enseñan igual, bha! se enseña el tiempo? ahora hurgo entre mis recuerdos y no se si algún día me han instruido en cuanto a su significado. Quizá es una de esas cosas que se aprenden empíricamente.
Ahora bien, yo me pregunto, porque 5 minutos para un hombre no es lo mismo que para una mujer? hay alguna clase de ley no escrita donde la duración de los minutos se diferencie sustancialmente por género?
Imagino, que a más de una fémina le habrá pasado en algún momento de la vida tener que pedirle a un sujeto del sexo opuesto algún favor (del estilo, ¿pones la mesa?,¿ me pasas tal o cual cosa? ¿podés venir un momentito?) y el susodicho en cuestión responder ¨enseguida¨ o ¨en 5 minutos¨ o bien ¨ahi voy¨ y una, como buena creyente en las palabras y en el tiempo de espera, se queda aguardando ... lo que no sabemos en un principio es que esos 5 minutos, o el enseguida están en una frecuencia totalmente diferente a la nuestra, aún no encuentro la escala que me ayude a corresponder mi tiempo con el de un hombre, por esa razón, al día de hoy sigo crédula esperando en vano esos 5 minutos que rápidamente se transforman en 10 y con el devenir del lapso temporal aumenta mi inquietud, mi ansiedad, mi rabia, etc, etc.
Mi paciencia se agota y repregunto una y otra vez incansablemente en que momento se cumplirá mi petición, hasta que por fin concluyo que es mejor no pedir y accionar.
Desde pequeños, las niñas vamos un poco mas aceleradas, nos desarrollamos primero, dejamos las barbies y comenzamos a mirar a los chicos de nuestra edad (que aún siguen pensando en futbol y demás cosas que nada tienen que ver con el amor).
Transcurren los años y seguimos como en diferentes sintonías o mejor dicho en espacios temporales diferentes.
Einstein decía que todo es relativo, y sinceramente el tiempo es una de esas cosas donde uno puede palpar la relatividad. No es lo mismo una hora en la mañana que una hora en la tarde. Porque da la sensación que la mañana se pasa mas rápido que la tarde?
Yo estoy segura que a todos nos enseñan igual, bha! se enseña el tiempo? ahora hurgo entre mis recuerdos y no se si algún día me han instruido en cuanto a su significado. Quizá es una de esas cosas que se aprenden empíricamente.
Ahora bien, yo me pregunto, porque 5 minutos para un hombre no es lo mismo que para una mujer? hay alguna clase de ley no escrita donde la duración de los minutos se diferencie sustancialmente por género?
Imagino, que a más de una fémina le habrá pasado en algún momento de la vida tener que pedirle a un sujeto del sexo opuesto algún favor (del estilo, ¿pones la mesa?,¿ me pasas tal o cual cosa? ¿podés venir un momentito?) y el susodicho en cuestión responder ¨enseguida¨ o ¨en 5 minutos¨ o bien ¨ahi voy¨ y una, como buena creyente en las palabras y en el tiempo de espera, se queda aguardando ... lo que no sabemos en un principio es que esos 5 minutos, o el enseguida están en una frecuencia totalmente diferente a la nuestra, aún no encuentro la escala que me ayude a corresponder mi tiempo con el de un hombre, por esa razón, al día de hoy sigo crédula esperando en vano esos 5 minutos que rápidamente se transforman en 10 y con el devenir del lapso temporal aumenta mi inquietud, mi ansiedad, mi rabia, etc, etc.
Mi paciencia se agota y repregunto una y otra vez incansablemente en que momento se cumplirá mi petición, hasta que por fin concluyo que es mejor no pedir y accionar.
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